Antes de nada empezaré la crítica
diciendo que se trata de un relato corto que forma parte de El Silmarillion, de
Tolkien, por lo tanto hablaré solo de él, y no del libro entero, porque
reconozco que no lo he leído todo (lo tengo pendiente).
La bella historia de Beren y
Lúthien (recogida en la Balada de Leithian, "Liberación del
cautiverio") comienza el día en que conoce a la princesa en los bosques de
Doriath y ambos se enamoran. El rey Thingol se opone al matrimonio de
ambos, pues no consentía en que su hija, perteneciente a la alta raza de
los Eldar, se casara con un mortal. Pero finalmente accede a dar la mano
de Lúthien sólo si Beren es capaz de traer uno de los
legendarios Silmarils fabricados por Fëanor, y que se
encontraban engarzados en la corona del mismísimo Morgoth. Esto ocasiona que
la maldición de Mandos caiga sobre Doriath. En realidad, la intención
de Thingol no es darle la mano de su hija a un hombre mortal, sino provocar su
muerte en semejante búsqueda, o cuando menos que se rindiera de aspirar a tan
alto premio como para Thingol representaba su propia hija.
Bien, en primer lugar me animé a
leer este relato en concreto porque casualmente, en la primera película de El
Señor de los Anillos, La Comunidad del Anillo, hay una escena en la que podemos
ver a Aragorn cantando en élfico. Una canción que hablaba sobre esta
historia. Es entonces cuando cuenta la historia a Frodo. Desde entonces sentí
curiosidad por leer la historia.
La bella historia de Beren y
Lúthien (recogida en la Balada de Leithian, "Liberación del
cautiverio") comienza el día en que conoce a la princesa en los bosques de
Doriath y ambos se enamoran. El rey Thingol se opone al matrimonio de
ambos, pues no consentía en que su hija, perteneciente a la alta raza de
los Eldar, se casara con un mortal. Pero finalmente accede a dar la mano
de Lúthien sólo si Beren es capaz de traer uno de los
legendarios Silmarils fabricados por Fëanor, y que se
encontraban engarzados en la corona del mismísimo Morgoth. Esto ocasiona que
la maldición de Mandos caiga sobre Doriath. En realidad, la intención
de Thingol no es darle la mano de su hija a un hombre mortal, sino provocar su
muerte en semejante búsqueda, o cuando menos que se rindiera de aspirar a tan
alto premio como para Thingol representaba su propia hija.
Beren promete que no regresará a
Doriath hasta que traiga uno de los Silmarils en la mano, aún sabiendo que
iniciaba una de las tareas más difíciles encargadas a mortal alguno, debido a
que para lograr su propósito tendría que internarse en las profundidades de las
fortaleza de Angband y robarle de la corona misma
de Morgoth uno de los Silmarils.
Este es mas o menos el argumento, sin destripar mucho. En cuanto a opinión personal, debo decir que me impresionó mucho este relato, contra todo pronóstico, porque de siempre me han dicho que El Silmarillion era una novela algo complicada y muy dramática, en parte puede que lo sea, pero no deja de ser una obra de Tolkien, por lo tanto está llena de aventuras y fantasía. Al menos este capítulo no se me hizo pesado en ningún momento.
Otro punto interesante es que podemos considerar esta historia como un paralelismo con la historia de Aragorn y Arwen, los cuales, hombre y elfa deciden compartir su vida. Además incluye muchos personajes interesantes, como Huan, todo un símbolo de lealtad y valentía. Incluso cuenta con la aparición de Sauron, toda una sorpresa, ciertamente. La historia de Beren y Lúthien también es una historia de amor, una historia que habla de un gran amor, de una gran aventura, de nobleza, de traición, y de alcanzar sueños.
A modo de curiosidad, esta historia está inspirada en la relación entre Tolkien y su esposa. Tal fue así que en sus tumbas están inscritos los nombres de Beren y Lúthien. Os dejo la imagen a continuación:
Resumiendo, una historia muy hermosa que desde mi punto de vista gustará a todos, así que desde aquí animo a todo el mundo a leerla. Espero leer en breve el libro completo y haré su respectiva crítica.















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