6 Como medio hombre derrotó al mayor poder del siglo XVIII [I]

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Hasta los albores del siglo XVII, la corona de Castilla mantuvo una preponderancia más que notable y era una potencia destacable en el ámbito atlántico, manteniendo un imperio colonial inmenso. Como se decía, en el Imperio de Felipe II nunca se ponía el sol.


Sin embargo las cosas no son como las pintan y yo quiero ser franco. Este artículo no va a alimentar nacionalismos exacervados, sobre una situación que planteó una serie de problemas que a lo largo del tiempo prácticamente fueron endémicos para Castilla, y que tampoco tienen lugar en este artículo. Pasado ese siglo xvii y llegada la monarquía borbónica en el XVIII, el imperio español está agonizando...y en cierto momento de su historia estuvo a punto de perecer de manera estrepitosa a manos de un súbito ataque inglés que hubiera devastado de manera súbita el dominio español, de no ser por la actuación de un único hombre:


El teniente General de la armada, Blas de Lezo y Olavarrieta.

En este retrato sale bastante más favorecido que
otros que pululan por ahí...

Yo nunca había oído hablar antes de esta curiosísima figura histórica que permitió que el imperio colonial pudiera respirar sus últimas bocanadas antes de que se desmembrara en la extraña amalgama de países que nacieron con los procesos de independencia americana y que actualmente conforman los países latinos de sudamérica y centroamérica.

Cuando se quiere enseñar historia, se hace una criba bastante poco práctica. Yo recuerdo que en bachillerato salté directamente de los austrias mayores a la guerra de sucesión y los pormenores de los borbones muy por encima (y en realidad en la carrera como que también) para desgracia de muchos, la memoria de los actos de este hombre están perdidos a través de una maraña de 270 años.

Se dice que quien no recuerda su historia, está condenado a repetirla. Esta afirmacion no es exacta del todo, pero si es cierto que poniendo en valor nuestro pasado, podemos ser capaces de poner en valor nuestro presente y quizás de manera superficial, actuar .

Blas de Lezo, nació en la localidad de Pasajes un pueblo marítimo de las vascongadas bajo la jurisdicción de San Sebastián, el 3 de Febrero del año 1689, siendo bautizado tres días después. Entre sus ascendientes destacan un alcalde de Pasajes, un canónigo y profesor de Teología en Salamanca y finalmente obispo de Perú; y su abuelo, capitán de un barco mercante.

El pueblo tenía una gran vocación por el mar, como lo atestigua su gran actividad comercial y sus grandes astilleros, que construían grandes buques.

Es necesario que observemos el año por el que nos movemos. Reina en esos años, el último de los Austrias Menores: Carlos II, el hechizado.

Apenas once años más tarde, moriría sin descendencia, ocasionando un conflicto sucesorio protagonizado por el sobrino nieto del rey, Felipe de Borbón Duque de Anjou, nieto de Louis XIV. El otro pretendiente a la corona es el archiduque Carlos de austria, descendiente del Fernando de Habsburgo, hermano de Carlos I.

Felipe V, el primer pelucón que reino en las Españas.

Sin embargo, el miedo de las demás potencias a un incremento desmesurado del poder de España-Francia, hizo que movieran ficha. Louis XIV puso en marcha una serie de medidas para facilitar la actuación conjunta de las flotas navales de España y Francia.

Por eso podemos explicar que el jovencísimo Lezo entrase a servir como guardamarina, en la armada francesa, en el buque comandado por Alejandro de Borbón, tío del pretendiente francés el año de gracia de 1701.

Su primera gran batalla no tardó en llegar: Málaga, 24 de agosto de 1704.

En esa batalla naval que enfrentó a la escuadra franco-española, de 96 navíos de guerra contra contra la escuadra anglo-holandesa de 53 barcos, dirigida por el almirante Rooke.

En medio de la lucha una bala de cañón le impactó en la pierna, y los médicos de a bordo tuvieron que operarle en el mismo barco. Le amputaron la pierna por debajo de la rodilla para evitar la gangrena. Y según dicen apenas se quejó, cuando le operaron sin anestesia.

El jefe de la escuadra se sintió enormemente sorprendido cuando se enteró de la enorme valentía de aquel muchacho. Le habló del suceso a su sobrino, Felipe V; quién le ofreció a su vez al joven ser su ayuda de cámara en la corte. Pero el joven Blas no deseaba retirarse tan pronto, ambicionaba llegar más alto. Ese mismo año es ascendido a Alférez de Navío.

En 1705 aprovisiona Peñíscola y en 1706 hace lo mismo con Barcelona. Y allí sale a relucir su ingenio. Quemó balas de paja húmeda para crear una gruesa cortina de humo que los ocultara, quemando a su vez los barcos ingleses con balas incendiarias.

Participa en el Asedio de Toulusse, particularmente en la fortaleza de Santa Catalina. Luchando contra las fuerzas de Saboya, se alberga en su ojo izquierdo una esquirla de una bala de cañón que ha reventado; perdiendo la vista para siempre.

Tras un periodo de reposo, lo destinan a Rochefort, y le ascienden a Teniente de navío en 1707. Entre sus hazañas de la época destacan la captura de una docena de barcos, y el combate con el Stanhope. Y es ascendido a capitán de Fragata.

El Stanhope

Dos años más tarde, sirve a las órdenes de Andres de pes, que quedará maravillado por la valía de Lezo y sus halagos aceleraron el ascenso a capitán de Navío, en 1713.

Participó en el segundo asedio de Barcelona, bajo las órdenes de Campanella.

El 11 de septiembre de 1714, recibe un impacto de mosquete en el antebrazo. La bala perdida dejará su brazo sin movilidad apenas para el resto de su vida.

Cojo, Tuerto, Manco. Aqui le dejamos por el momento.