miércoles, 21 de mayo de 2014

0 le vent se lève...il faut tenter de vivre


Esta es la frase recurrente en la película, El viento se levanta... ( Kaze Tachinu, 2013, Hazao Miyazaki)




estrenada hace prácticamente nada. Miyazaki  toma un verso de un poema de Paul Valery, como resumen y colofón de su extensa filmografía para recordarnos...que siempre debemos encarar la vida.

Es en general el mayor mensaje de toda su obra y está presente en todas sus películas. En la princesa Mononoke el mensaje es muy explícito, en otras como Porco Rosso quizás sea menos voluble. Pero aquí está claro y diáfano.

No es una película simplona, en primer lugar. Hay múltiples saltos temporales y en la primera mitad de la cinta se hace complicado ubicar las cosas, porque una buena parte tienen lugar en el mundo de los sueños del protagonista...no es una película para niños.

El argumento hace que la película al menos en Japón esté acompañada de polémica, ya que narra la experiencia vital de Jiro Horikoshi, el ingeniero aeronaútico responsable del Avión Zero; los que atacaron Pearl Harbor en la 2º guerra mundial; desde su infancia hasta los años 40, su cénit creativo y técnico.
En el país del sol naciente esa es una espina clavada muy hondo, y les ha sabido muy mal que saliera el tema. De hecho en una moción que presentó el grupo parlamentario conservador pidiendo la creación de un nuevo ejército para el país (recordemos que es un país teóricamente sin ejército desde la 2º guerra mundial, su constitución lo prohíbe, pero sus fuerzas de autodefensa no son moco de pavo) Miyazaki como buen pacifista dejo claro que estaba en contra.
No he conseguido encontrar la referencia a esta ultima noticia, pero si he encontrado esta, que sirve para ilustrar la "cálida" acogida que ha tenido la película entre sus paisanos.

La película nos presenta a un niño que sueña con aviones. Quiere pilotar aviones, pero no puede por su vista. En sueños, conoce al Conde Caproni , aeronaútico italiano de comienzos de la era de la aviación; y a raíz de este onírico encuentro decide crear aviones. Los aviones son sueños, y los ingenieros son los encargados de darles alas.
En su experiencia vital, el personaje vive el terremoto de Tokyo de 1923, la gran depresión, y se irá formando...hasta que en un momento dado, en un refugio frente a los problemas del exterior conoce (de nuevo) a una chica a la que conoció y ayudó el día del terremoto ya citado.

Con este personaje, se nos muestra la enfermedad. Este tema ha aparecido en más de una de sus películas y tiene especial relevancia porque está enferma de tuberculosis, la propia dolencia que tuvo la Madre de Miyazaki y que le marcó. A pesar de saberlo,  terminan viviendo juntos y finalmente se casan; mientras el protagonista se enbarca en la obsesión de su periodo más creativo, de manera irrespetuosa y muy egoísta, respecto a su esposa.
Con su último sueño, todo concluye: Ha creado su avión. Su sueño vital ha despegado. Han fabricado miles de sus aviones, pero ninguno ha vuelto. Ahí queda el esfuerzo de su sangre, sudor y lágrimas (y nunca mejor dicho), pero en esta última aparición caproni le da un enpujón. El viento se levanta, hay que intentar vivir.

Me siento incapaz de decir nada más acerca de esta película...mis palabras no le hacen justicia. Esto no es una crítica, o un análisis metículoso: No sentía que tuviera que hacer eso. No hay que leer sobre esta película, solo  mirarla, sentirla y disfrutarla completamente...porque sencillamente lo merece.
Muchas gracias, Maestro.De corazón.



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