Mientras una familia inglesa prepara el funeral del patriarca, la tensión crece a medida que salen a relucir las antiguas rencillas entre los hijos. La aparición de un desconocido que afirma que el difunto ocultaba un oscuro secreto contribuye a empeorar las cosas, lo que obliga a la familia a tomar medidas drásticas para evitar que el funeral se convierta en un desastre total.
Es una comedia británica que rompe con los tópicos de lo que son las comedias en las producciones estadounidenses, de hecho, existe un remake copiado plano a plano estrenado en el año 2010, en su mayoría actores muy conocidos, a diferencia de la versión inglesa, pero eso no quiere decir que sea peor, de hecho, en mi opinión es mucho mejor la versión inglesa que la americana, ya sea por el tipo de humor negro y por la gracia de los actores a la hora de representar sus personajes, destacando a Peter Dinklage, que entonces no era tan conocido como ahora gracias a la serie Juego de Tronos, pero que curiosamente aparece en las dos versiones interpretando al mismo personaje pero con diferente nombre, y lo cierto es que de lo mejor de la película.
Como es habitual en el cine británico, se nos presenta una serie de personajes de lo más variopintos que tienen que afrontar situaciones que a nosotros nos crearían cientos de traumas pero que al verlos en la pantalla consiguen hacernos reír fácilmente, aunque cierto es que la película no es una risa continua, pero tiene sus momentos, ya que desde su comienzo hace reír, pese a lo negro que sea el asunto tratándose de un funeral. En eso cumple su objetivo. Lo cierto es que incluso los títulos de crédito logran sacarte alguna que otra sonrisa:
El guión resulta simple a la par que divertido e inteligente, lo que aporta a la historia que ninguno de los personajes tenga el protagonismo principal, al igual que hacen absurdas todas las situaciones que se dan, y que resultan de lo más surrealistas e irrisorias. Suficiente para atrpar al espectador de principio a fin. Película para pasar un rato divertido con buena compañía y una bolsa de palomitas. Os dejamos con el trailer:
Es una comedia británica que rompe con los tópicos de lo que son las comedias en las producciones estadounidenses, de hecho, existe un remake copiado plano a plano estrenado en el año 2010, en su mayoría actores muy conocidos, a diferencia de la versión inglesa, pero eso no quiere decir que sea peor, de hecho, en mi opinión es mucho mejor la versión inglesa que la americana, ya sea por el tipo de humor negro y por la gracia de los actores a la hora de representar sus personajes, destacando a Peter Dinklage, que entonces no era tan conocido como ahora gracias a la serie Juego de Tronos, pero que curiosamente aparece en las dos versiones interpretando al mismo personaje pero con diferente nombre, y lo cierto es que de lo mejor de la película.
Como es habitual en el cine británico, se nos presenta una serie de personajes de lo más variopintos que tienen que afrontar situaciones que a nosotros nos crearían cientos de traumas pero que al verlos en la pantalla consiguen hacernos reír fácilmente, aunque cierto es que la película no es una risa continua, pero tiene sus momentos, ya que desde su comienzo hace reír, pese a lo negro que sea el asunto tratándose de un funeral. En eso cumple su objetivo. Lo cierto es que incluso los títulos de crédito logran sacarte alguna que otra sonrisa:
El guión resulta simple a la par que divertido e inteligente, lo que aporta a la historia que ninguno de los personajes tenga el protagonismo principal, al igual que hacen absurdas todas las situaciones que se dan, y que resultan de lo más surrealistas e irrisorias. Suficiente para atrpar al espectador de principio a fin. Película para pasar un rato divertido con buena compañía y una bolsa de palomitas. Os dejamos con el trailer:
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