domingo, 2 de marzo de 2014

0 Crítica: Up in the Air



A Ryan (George Clooney) lo contratan las empresas para reducir personal, porque es un experto en despedir gente. Desde hace tiempo, Ryan vive despreocupadamente viajando por todo el país. Puede llevar todo lo que necesita en una maleta con ruedas y es un miembro mimado de todos los programas de fidelización de viajeros que existen. Además, le falta poco para alcanzar el objetivo de su vida: acumular una desorbitada cifra de millas recorridas, lo que le daría acceso a un selecto club. Sin embargo, Ryan no tiene nada auténtico a lo que aferrarse. Cuando se siente atraído por una atractiva compañera de viaje (Vera Farmiga), otra viajera recalcitrante, el jefe de Ryan (Jason Bateman), animado por una joven experta en eficiencia (Anna Kendrick), amenaza con atarle a un despacho. Enfrentado a la perspectiva, a primera vista terrible de ser destinado a un puesto fijo, Ryan empieza a meditar sobre lo que significaría tener un hogar de verdad.

Puede que en un principio esta película pueda parecer una de esas que suelen poner en las sobremesas por la tele, pero nada más lejos de la realidad.

La película nos muestra una realidad que desgraciadamente está a la orden del día: el desempleo. Pero lo enfocan de una forma muy original, y es a través de estos individuos que se dedican a hacer lo que los jefes no se atreven. 

Hablando del personaje de George Clooney, tiene un buen papel como protagonista, y con cada experiencia que se le va planteando sufre una evolución, por lo cual el personaje está bien desarrollado. Un personaje que a pesar de ser solitario, a su vez muestra sensibilidad, aunque a veces parezca que no puede empatizar. 

Las protagonistas femeninas también tienen su aquel. Vera Farmiga hace un buen papel, que en principio puedes pensar que comparte la forma de vida de George Clooney, pero que al final te sorprende. Y Anna Kendrick, como dura ejecutiva, pero que conforme avanza la película terminas descubriendo su lado humano.

También es interesante ver cómo en diversas secuencias nos muestran las reacciones de los empleados que han sido despedidos, y el modo que tienen tan diverso de afrontarlo. Es quizá uno de sus puntos más fuertes. Fomenta la idea de que aunque hayas perdido tu trabajo (y eso suponga un gran problema), se puede ver desde el punto de vista de que es una nueva oportunidad para empezar de nuevo (a destacar la aparición de J.K. Simmons).

Es una película con la que puedes reflexionar sobre el modo de vida, como el concepto de la felicidad, si se puede ser feliz sin algo real a lo que poder agarrarse. Si se puede ser feliz viviendo en soledad, únicamente viviendo para el trabajo. Además tiene también como tema de fondo la frialdad de las relaciones personales y la dificultad que los protagonistas tienen para manejarlas.

Puede que no sea una gran película, a mí personalmente me parece de las mejores que he visto últimamente, y es de esas que nunca te cansas de ver, porque no es la típica americanada, con su final feliz y demás, sino mas bien está planteada con un toque agridulce, que rompe las tablas de los esquemas habituales en el cine. Además cuenta con una buena dirección y un guión sólido que no decae en ningún momento.

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